lunes, 4 de febrero de 2013

Como es mi hogar para una aseguradora.



Cuando nos preguntan datos para realizar un contrato de seguros para nuestra vivienda, nuestro hogar, la mayor parte de las preguntas las respondemos porque ya hemos tomado la decisión de asegurarla. Pero no acertamos a adivinar el porqué de algunas preguntas.

Y casi todas tienen importancia. En especial, una que suele pasar desapercibida: el tipo de vivienda.

El común de los mortales identificamos dos tipos de viviendas: los chalets y los pisos. Pero las aseguradoras tecnifican algo más esta clasificación. Su clasificación es más o menos la siguiente:

Chalets Individuales: las paredes de uno no se tocan con el de al lado. Las propiedades están separadas por algún tipo de muro, cerca o similar que las separa.  Estos suelen tener una consideración más lesiva para el bolsillo. Son viviendas más caras de asegurar.

Viviendas individuales pareadas o adosadas: también nos referimos a ellas como chalets o chalecitos. Pero las aseguradoras no las considera igual que los chalets individuales. El coste es algo menos lesivo para el bolsillo. Si pudiéramos comparar dos pólizas idénticas en todo, una de un chalet individual y otra de uno pareado, encontraríamos que la del pareado tiene un coste inferior a la del individual.

Planta baja: aunque se encuentre dentro de un edificio de varias plantas de altura y sea igual que un piso, las aseguradoras consideran distinto una vivienda sitiada en la planta baja que la situada encima de esta, en la planta primera.  Igual que en el caso de los chalets, si pudiéramos comparar dos pólizas idénticas, una de una planta baja y otra de la del piso situado justo encima de ésta, veríamos que la póliza de la vivienda situada en planta baja tiene un coste algo superior a la de la primera planta.

Ultimo piso de un edificio o ático: Igual que las plantas bajas. Sin diferencia apreciable entre un tercero y un cuarto, si el cuarto es último piso, la póliza de esta vivienda será superior a la del tercero.

Piso en alto: lo que nos queda que no es algo situado en alguna de las clasificaciones anteriores.

Hay más clasificaciones. Pero estas ya dependen de cada aseguradora. Algunas discriminan en función del número de habitantes de la población en la que se encuentre la vivienda. Otras además, del uso que tengan (habitual, de vacaciones, alquiler, etc.) También pueden tener en cuenta las calidades, materiales de construcción bastantes cosas más.

Desde hace pocos años, incluso recomiendan, de acuerdo con los metros cuadrados de la vivienda, cuanto se debe de asegurar. Y desde hace menos, hasta se pueden encontrar ofertas en el que hay un precio cerrado, asegures lo que asegures.

Pero estas últimas prácticas funcionan si nunca tienes que hacer una reclamación. Porque es entonces, cuando necesitas usar la póliza por algún percance, cuando descubres que aunque todas son pólizas de seguros, no todas son iguales ni surten el mismo efecto.

Siempre es mejor  recurrir a profesionales que puedan ofrecerte un abanico de posibilidades. Seguro que te contaran más cosas que si solo respondes un formulario con cruces o con sies y noes.

Nosotros sabemos de esto y te lo podemos contar. Pincha en el enlace o llámanos.